De ese modo, han podido trabajar sobre las neuronas que se relacionan con el sueño de las moscas y, con ello, descubrir la función de una proteína, bautizada como Sandman en honor al famoso personaje de las historietas de Neil Gaiman, que se encuentra en la membrana de dichas neuronas durante el sueño.
Realmente esta proteína es un canal iónico que se encarga de permitir el paso de iones que desencadenan corrientes eléctricas entre las células nerviosas, favoreciendo su comunicación.
Todo esto sólo puede ser interrumpido por la dopamina, un neurotransmisor cuya liberación provoca una respuesta en Sandman, que se esconde en el interior de las neuronas, cerrando el canal y provocando un cortocircuito que actúa despertando de inmediato a los insectos y posiblemente también a nosotros, los humanos.
El descubrimiento de esta proteína es un hallazgo muy interesante, pues puede tener un gran número de aplicaciones en el caso de repetirse los resultados positivos en nuevos ensayos.
La historia se ha hecho realidad, Sandman es el responsable de nuestros sueños y nuestro despertar, pero sin echarnos arena en los ojos ni nada por el estilo
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